martes, 18 de septiembre de 2012

EN BUSCA DE LA CHAPUZA PERDIDA: desprendimiento de mortero


Bajo el etiquetado de “EN BUSCA DE LA CHAPUZA PERDIDA”, aparecerán en mi blog una serie de chapuzas, tan típicas en el gremio, que iré subiendo y publicando, en la medida que las vaya adquiriendo.

 Aquí en esta pared que de vieja no tiene nada, vemos un desprendimiento de mortero. ¿Qué se tenía que haber hecho para que eso no ocurriera?. Primero se ve una grieta horizontal en la hilera del mortero, lo cual indica que el ladrillo colocado no había sido mojado ni apretado para que se adhiriera al mortero, provocando el movimiento de la hilera. Cuando se coloca el ladrillo, hay que apretarlo bien con movimientos para que se coja bien con el mortero.

  Y en cuanto a la caída del mortero, todo indica que previamente no se había mojado bien la pared, y segundo, que no se había pasado con fuerza la llana, ya que el mortero hay que apretarlo con cierta fuerza contra la pared, cuando se enluce.

 De todos modos, la misma pared ya nos dice que previamente se tenía que haber hecho una escardellada, que es un mortero algo más basto que se tira con fuerza a golpes contra la pared. Y luego pasar el enlucido con la llana, una vez el escardillado ya está seco. Eso hará que el mortero quede más adherido y sea de difícil desprendimiento.

  Se conoce que esto era simplemente la obra de cualquier aficionado, como tantos que tenemos en el gremio, sin un mínimo de conocimientos sobre técnica del saber hacer.

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